Divulgación de las experiencias de un estudio ecológico poblacional de dos especies prioritarias de la Reserva de la Biósfera Tehuacán-Cuicatlán.
viernes, 30 de marzo de 2012
Dioon caputoi: poblaciones milenarias
Planta ramificada de D. caputoi
Dioon caputoi junto con otras dos especies (D. purpusii y D. califanoi) es endémica de la RBTC. Pertenece a un grupo de plantas de la familia Zamiaceae popularmente conocidas como cycadas. Las cycadas, clasificadas dentro de las gimnospermas, con parte de un orden antiguo de plantas llamadas Cycadales y tienen un registro fósil de cerca de 300 millones de años. Son importantes relictos del pasado y representan a las plantas con semillas más antiguas. Las especies del género Dioon son generalemente plantas de lento crecimiento, se ha datado la edad de algunas plantas de Dioon edule que llegan a tener hasta 3,000 años.
Pablo Carrillo Reyes. Botánico, especialista en crasuláceas y colaborador de los monitoreos demográficos
Dánae Cabrera Toledo
Trayecto a las localidades
En el estudio demográfico de Dioon caputoi, que iniciamos en el invierno del 2003 y que concluyó en el invierno del 2011, registramos un crecimiento en la longitud de los troncos en un promedio aproximado de 0.8 cm por año. Además, las poblaciones de esta especie están constituídas esencialmente de individuos adultos, con escaso reclutamiento y baja probabilidad de transición a estadios más avanzados del ciclo de vida. A pesar de todo, las poblaciones que habitan los parajes de la RBTC han resistido a los saqueos intensivos de hace algunas décadas, que han disminuído a partir de la creación de la Reserva, así como las modificiaciones que han sufrido los ecosistemas por el cambio de uso del suelo.
Estas poblaciones milenarias son genéticamente una ventana al pasado, algo así como las "burbujas fósiles" atrapadas en los hielos glaciares. La diversidad genética que hemos reportado de estas poblaciones no es congruente con lo que se encontraría tomando en cuenta el tamaño numérico tan pequeño (50-100 individuos). Sin embargo, la resistencia de estas plantas a los cambios ambientales, aunado al lento crecimiento y reproducción cruzada (son dioicas) ha hecho posible que la erosión genética por endogamia aún no presente consecuencias evidentes.
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